jueves, 2 de septiembre de 2010

ESTAMOS EN OBRAS

Está siendo una semana un poco complicada, por un sinfín de pequeñas causas, inofensivas por separado, pero que juntas resultan suficientes para que mi aburrimiento no sea tan acentuado y continuo como suele. Lo echo de menos, la verdad. Parafraseando a Ortega, podríamos decir que yo soy yo y mi aburrimiento. Sin él, yo soy menos yo.

Pero como todo es susceptible de empeorar, a las mentes pensantes del Ayuntamiento de León (ustedes perdonen el flagrante oxímoron) se les ha ocurrido la feliz idea de organizar, sin previo aviso, un festival de obras en las calles, creando un bonito caos que nos llena a todos de alegría.

Verán, resulta que la zona en la que vivo tiene, entre otros inconvenientes y algunas pocas virtudes, un acceso un poco dificultoso. De hecho, tiene sólo dos accesos: uno desde el centro de la ciudad y otro desde la circunvalación (aquí llamada Ronda Este). En el acceso desde el centro (que es el que yo uso habitualmente) existían unos desperfectos que llevaban cierto tiempo solicitando su ascenso desde el status de bache al de socavón. Estaba claro que había que repararlos. El hecho de elegir estos días para repararlos, coincidiendo con el incremento del tráfico debido a la vuelta del personal (comprensiblemente encabronado) al trabajo, está mucho menos claro, pero, en fin, doctores tiene la iglesia. Como, además, ya se sabe que toda reparación tiene sus daños colaterales, si hay que cortar el tráfico, pues se corta; si hay que concentrar a toda la policía local de la ciudad en dos manzanas, se concentra; y si hay que eliminar mi ruta habitual de vuelta a casa, se elimina.

Nuestras queridas autoridades, siempre velando por el bienestar del ciudadano, han decidido que tal vez todo este pifostio no fuera suficiente para tener entretenido al personal, así que han preferido no anunciar dónde están las obras, cuando comienzan, o cuales son las vías alternativas. De modo que no te enteras de que la calle está cortada hasta que te encuentras de morros las fresadoras y la cuba de asfalto, ya metido en una ratonera de difícil salida. Exactamente eso fue lo que me encontré ayer por la tarde, al volver a casa. Viva la aventura, muera el aburrimiento.

Intenté aprovechar el tiempo para meditar profundamente acerca del motivo de que semejante desbarajuste no estuviese señalizado en alguna de las 5 rotondas anteriores, lo que hubiera posibilitado que al menos alguno de los coches allí atascados hubiera podido esquivar el embudo. Pero, la verdad, no pude: los tropecientos miembros de la policía local presentes en la zona se conjuraron para impedirlo a base de silbatazos, braceos frenéticos y malas caras. A la quinta vez que dos policías me daban órdenes contradictorias (uno que a la derecha, el otro que a la izquierda) estuve tentado de bajar y tener con ellos un correcto y saludable intercambio de pareceres. Sin embargo, recordé que hace años, en una época en la que la violencia, los navajazos y el vandalismo comenzó a ponerse de moda en las noches leonesas, el entonces alcalde de la ciudad solucionó el tema por el fulminante expediente de enrolar en el cuerpo a los más destacados vándalos, navajeros y macarras en general que pudo encontrar. En un visto y no visto, la noche de León pasó a ser de lo más tranquilo que ustedes puedan imaginarse, y la policía local se convirtió en lo más parecido a la Brigada Brutal (ya saben, de La princesa prometida) que yo puedo imaginarme. Así que decidí dejar lo del intercambio de pareceres para otro día, por si acaso los métodos del cuerpo no han cambiado desde aquella época.

El caso es que todo ese maremagnun me llevó, después de 20 minutos, al punto exacto en el que hubiera estado 20 minutos antes en el supuesto (hablemos de ciencia ficción por un rato) de que alguien hubiera pensado en señalizar correctamente aquel caos. Es decir, a la Ronda Este, a la hora en la que suele estar con un atasco importante, alimentado además en esta ocasión por todos los infelices que habíamos sido redirigidos allí por la Brigada Brut…. por la policía local. El resultado fueron otros 25 minutos de relajante espera, con el coche en primera y el embrague pidiendo clemencia, antes de poder llegar, por fin, a casa. Y aunque sé que 45 minutos de atasco pueden no parecer demasiado a los acostumbrados al tráfico de, pongamos por caso, Madrid, les aseguró que es algo absolutamente desproporcionado para lo que solemos ver por estas latitudes (desconozco el factor de conversión, pero me imagino que un atasco de 45 minutos en León es el equivalente a uno de varias horas en la capital del reino, tirando por lo bajo). Con el agravante, además, de que llegué a casa justo a tiempo de ver cómo España perdía con Lituania, haciendo un ridículo espantoso, en el Mundial de Baloncesto. Yuju. ¿Qué más se le puede pedir a un martes?

En fin, que todas las reservas de paciencia acumuladas durante las vacaciones van siendo dilapidadas entre bodas (la próxima semana tengo otra, estoy que las vendo) y atascos.

Estoy por quedarme a dormir en el curro.

3 comentarios:

Gonzalo Viveiró Ruiz dijo...

Te cuento: vivo en una ciudad colapsada por las obras de construcción de un tranvia que nadie sabe:
-Por donde va a ir exactamente
-Cuanto costara el billete
-Como se va a compatibilizar con el resto del trafico
Y no es coña. La planificación es nula y nadie sabe que calle cortaran cuando.
Haz obras que "algo" queda. El "algo" es lo que va al bolsillo del municipe

Cazurro dijo...

Vaya, aquí también están pensando calzarnos un tranvía. No quiero ni pensar lo que serán las obras, ni lo que podrá estorbar después semejante cacharro al resto del tráfico (ya de por sí bastante chungo).

Lo peor es que a todo se acostumbra uno. Y que dentro de unos años nos venderán la moto de que el tranvía fue un gran logro, y a lo peor hasta la compramos.

112 dijo...

¡Yo tambien estoy hasta las narices de las obras absurdas que solo sirven para que alguien se lleve una buena pasta bajo cuerda!.
Aqui antes de usar el asfalto para tapar los baches y socavones, se dedicaron a amontonarlo en los pasos de peatones,para despues volverlo a quitar,para volverlo a poner y con los que les sobro todavia les esta dando para asfaltar lo que hace meses hacia falta.
Pero no contentos con eso, volveran a levantar lo asfaltado estos dias para que pase el tranvia de marras, que ni p... falta nos hace.
Lo siento, pero es que no puedo soportar.