jueves, 23 de septiembre de 2010

GATTACA

Hace poco vi de nuevo esta película. La encontré por casualidad, perdida entre el montón de basura que puntualmente se asoma por los tropecientos canales de mi televisión. Es una de esas películas que nunca me canso de ver, así que entre mi habitual querencia a ver una y otra vez las mismas cosas, y la falta de competencia, la decisión estuvo clara. Me encanta esta película, así que lo digo ya de entrada, para que nadie se llame a engaño: no voy a decir nada malo de ella. Sencillamente, creo que la ciencia ficción se inventó para que algún día se pudieran hacer películas como ésta.

Como curiosidad, había hablado de ella con un compañero del trabajo hacía pocos días: un ejemplo más del don que tiene este tío para encadenar casualidades. No es la primera vez que me pasa, pero nunca deja de asombrarme: basta que este tipo mencione algo (una canción, una película, una novela…) para que al día siguiente pongan la película en televisión, escuche la canción en alguna emisora o alguien me hable de la novela en cuestión. Como, además, se puede uno fiar de sus gustos, siempre es un placer hablar con Mr. Serendipia de estas cosas.

La peli es de 1997, así que no creo que nadie se moleste si la destripo un poquito. La acción transcurre en un futuro cercano, pero impreciso. La reproducción está controlada por la ciencia, de manera que se puede seleccionar el sexo de los hijos, además de eliminar cualquier condicionante genético que pueda suponer un problema, como predisposición a sufrir alguna enfermedad, defectos congénitos como la miopía, etc. La sociedad reserva los puestos de privilegio (científicos, policías, astronautas,…) para esta nueva élite de seres genéticamente perfectos, mientras que los nacidos de forma natural son excluidos de cualquier posibilidad de prosperar y tienen que conformarse con puestos de menor importancia, como tareas de limpieza.

El protagonista, Vincent, es uno de los nacidos de forma natural, pero tiene un sueño: ser astronauta. Está dispuesto a cualquier cosa para llegar a tripular una de las naves espaciales que despegan de la base de Gattaca. Y en cualquier cosa se incluye cambiar de identidad hasta el nivel de renunciar a su propio ser. Un profesional de las estafas genéticas lo pone en contacto con Jerome, un tipo de genes inmaculados, pero que no tiene la voluntad necesaria para hacer algo importante con ellos. Jerome, después de una etapa como atleta en la que no llegó a ser el número uno, tuvo un accidente y vive atado a una silla de ruedas, rumiando su fracaso y desperdiciando sus posibilidades en medio de la autocompasión y la displicencia. Él será el que le facilite a Vincent el material para los análisis a los que será sometido constantemente en Gattaca (sangre, cabello, orina….).

En el transcurso de la preparación como astronauta, Vincent se enamorará de una compañera, pondrá a prueba su determinación para buscar el sueño de su vida e intercambiará con Jerome sus distintos puntos de vista sobre la vida y el destino. Vincent es idealista, Jerome es cínico. Pero, de alguna manera, llegan a compenetrarse hasta el punto de que el cínico consigue entusiasmarse por el sueño de su compañero, y el idealista tiene que cuestionarse si realmente una genética perfecta es una bendición o una carga insoportable.

Para complicar las cosas, se produce un asesinato en Gattaca, lo que hace que la policía comience a investigar. Casualmente, es el hermano de Vincent el encargado de la investigación, con lo cual la lucha por conseguir su sueño se transforma para Vincent y su alter ego Jerome en una carrera contra el reloj.

En fin, dicho así, suena pobre. Porque, a pesar de que Gattaca es una historia inteligente y bien contada (que ya es más de lo que yo le suelo pedir a una película), es también, y sobre todo, un espectáculo visual de primer orden. Y no me refiero a esas orgías de efectos especiales y colorines que se entienden hoy en día por ciencia ficción. Hay que verla para comprender el encanto que destila esta película.

Una estética retro, un impresionante manejo del color (hay momentos en los que parece que está filmada en sepia), una contención en el ritmo, en la historia, en el sonido, en las interpretaciones,… que hacen que Gattaca sea una de las películas más elegantes que yo recuerdo haber visto.

Está interpretada por Ethan Hawke como Vincent, Uma Thurman como Irene y Jude Law como Jerome, acompañados por secundarios de lujo como Gore Vidal o Alan Arkin. Ethan Hawke sigue pareciendo un crío, como siempre, pero en esta ocasión encaja perfectamente con su personaje. Jude Law es la elegancia personificada, con un encantador (y desencantado) toque cínico, y su interpretación es como un cursillo para aprender a moverse vistiendo traje y corbata. Uma Thurman es una fría profesional (quizá el único papel que Uma Thurman puede hacer con una mínima credibilidad; un ejemplo más de lo acertado de la producción y la elección del reparto) que acaba conmovida por la pasión de su compañero.

Ya les he dicho alguna vez que prefiero ver repetida una película que me gusta que aventurarme con una nueva y correr el riesgo de acabar decepcionado. En parte por carácter, y en parte por deformación profesional. Así que siempre es un placer ver una película como Gattaca. Con el aliciente añadido de que, visionado tras visionado, siempre encuentro un detalle nuevo. La película está llena de guiños, algunos tan evidentes que no haberlos detectado a la primera sólo se puede justificar apelando a mi acadabrante torpeza. Por ejemplo, el hecho de que el nombre de la base espacial que le da nombre a la peli está compuesto por las iniciales de las bases que forman la cadena de ADN (Guanina, Adenina, Citosina, Timina = GATTACA). O el evocador apellido del protagonista (Freeman= Hombre libre). Otros son un poco más rebuscados, como el detalle del esperanto que suena por los altavoces de la base. Y otros, directamente, no tienen justificación: ni siquiera después de verla tres veces reparé en el detalle de la escalera de caracol de la casa del protagonista, demasiado parecida a la estructura del ADN para ser casual.

En fin, que me mola esta película. Si todavía no la han visto y tienen la oportunidad, no dejen de verla. No se arrepentirán.

Y, si se arrepienten, no será tan grave: sólo habrán perdido dos horas, y además pueden echarme a mí la culpa (tener un chivo expiatorio siempre consuela).
Advertencia: es de las que hace pensar (por lo menos a mí).

9 comentarios:

La de la ventana dijo...

Yo no soy nada amante de la ciencia ficción, y sin embargo "Gattaca" me encantó. Me has dado ganas de volverla a ver: la sacaré de la biblioteca el próximo día que vaya.

¡Gracias!

El niño desgraciaíto dijo...

Pues no puedo ni opinar ni leer más que el principio porque no la he visto.

pseudosocióloga dijo...

No viene al caso pero como acabo de llegar espero me disculpes.Diletante no puede ser una profesión si no una afición.
No he visto Gattaca....que raro....mmmm.....menos mal que solo la ibas a destripar "un poquito".(Me he saltado todos los párrafos que hablaban del argumento así que no voy a opinar hasta que la vea).

Gonzalo Viveiró Ruiz dijo...

Es una peli genial. Pero coincido con Teresa, yo no creo que sea de ciencia-ficción, es más de pensar.

Cazurro dijo...

Teresa, Gonzalo, no es CF al uso. En cualquier caso, la etiqueta es lo de menos: a mí me gusta, y me alegra que a vosotros también.

Niño, ¿desde cuando no haber visto una peli es obstáculo para opinar?

Pseudosocióloga, bienvenida. Diletante: U.t. de modo peyorativo (alguien que realiza un arte o un trabajo sin estar lo suficientemente preparado). De acuerdo, no es una profesión, pero en mi caso tampoco una afición: más bien la triste realidad.

Tampoco la he destripado tanto, caray. El planteamiento, y un poquito el nudo, pero os he dejado el nudo todo para vosotros.

En cualquier caso, siento el spoiler.

Doctora Anchoa dijo...

A mí también me gusto la película. Luego estuve un montón de tiempo dándole vueltas: ¿No ha demostrado ya la naturaleza ser infinitamente más inteligente que el ser humano?

Cazurro dijo...

Upss. En el comentario anterior, quería decir que lo que os he dejado sin destripar era el desenlace, no el nudo (lapsus teclae). Sorry.

Doctora, a mi la naturaleza no me parece inteligente. De hecho, no creo que pudiera definir "naturaleza". Pero, en cualquier caso, sobre esto habría muchísimo que hablar...

uno de zamora dijo...

no entiendo a que se refiere Gonzalo cuando dice "yo no creo que sea de ciencia ficción, es más de pensar".

La ciencia ficción no es solo naves espaciales, aliens y rayos laser. Es un genero que permite plantear multitud de preguntas. Ahí están, aparte de Gattaca, 2001, Naves silenciosas, Blade Runner, Inteligencia Artificial, Solaris (la de Tarkovski), o libros como Cita con Rama, La mano izquierda de la oscuridad, Muero por dentro,...

¿Tiempos Modernos o El gran Dictador dejan de ser comedias porque son de pensar? ¿El hombre que mató a Liberty Valance o Sin Perdón no son westerns porque me hacen pensar? ¿No son bélicas Banderas de nuestros padres, Senderos de gloria o Apocalipsis Now?

Siento la parrafada.

Cazurro dijo...

Zamorano, tienes razón. La ciencia-ficción tiene (o debería tener) su parte de ciencia, por definición; la parte de fantasía es la permite retorcer el argumento y plantear cuestiones interesantes.

Pero, para bien o para mal (en mi opinión para mal), nos han reducido el género a los efectos especiales. Gattaca no tiene demasiado de esto, y supongo que Gonzalo iba por ahí.

De todas formas, como ya dije, a mí no me gusta demasiado etiquetar las películas. Como mucho, distinguir entre buenas y malas, y punto.

Un saludo.