Hacía mucho, mucho tiempo que no escuchaba esta canción.
De hecho, la última vez la escuché en un viejo vinilo, y por uno de esos caprichos de la memoria la tengo asociada al suave siseo del plato al girar antes del comienzo de la música, y al leve crujido de la aguja al posarse sobre el disco. Algo que las nuevas generaciones quizá no han llegado a oir nunca. Algo que significa, supongo, que ya voy siendo mayor.
El pasado fin de semana volvía a escucharla, por casualidad. Y me enganchó de nuevo. Es una canción muy bonita, y también muy simple. La voz de Stevens, una guitarra y, como él mismo dice, la misma vieja historia de siempre.
Ahora me suena de una forma distinta. Quizá más nostálgica, y menos triste. Supongo que es normal: ha pasado mucho tiempo, y ya no soy el mismo.
Aún así, sigue siendo una canción perfecta para pasar un domingo junto a la ventana, viendo llover.
Ya sé que hoy no es domingo, pero está empezando a llover, y me apetecía escucharla de nuevo, y compartirla con ustedes. Espero que no les importe.
Y, por supuesto, también espero que les guste.
9 comentarios:
Cat Stevens es muy bueno. Le pasa un poco como a Chopin, que dices me gusta Mahler y queda bien pero dices me gusta Chopin y no viste. pero Cat Stevens mola aunque la gente no lo reconozca...
A mí me gusta, no sé si viste o no. Aunque he de reconocer que lo he escuchado más intensamente desde que estoy con Anniehall porque a ella el gusta mucho.
Lo descubrí porque una que viví conmigo le gustaba. Está bien.
Ahora que se hace llamar Yusuf Islam me hace menos gracia...
Cazurro, a lo mejor la vez anterior no tenías hijos. ¿O sí?
A mí me encanta Cat Stevens y esa canción en particular. Me la descubrió mi hermano, como muchas otras cosas. Acabo de darme cuenta de que nunca hablo de mi hermano por aquí. Qué raro.
Diva, habrá que pensar que son excentricidades de artista aunque, como casi siempre, estoy contigo.
Cierto, una canción para un día lluvioso. Lluvia en la ventana, silencio y un tazón de chocolate...
Gonzalo, a mi me parece muy bueno, pero para gustos, los colores. De todas formas, soy más de canciones que de cantantes.
Niño, es curiosa la osmosis musical que se produce en el matrimonio, ¿verdad?
Diva, seamos comprensivos con Stevens/Yusuf, que ya se sabe que los hipis no siempre encuentran el camino para volver a la vida civil.
Annie, esa es, precisamente, la diferencia principal. Esta canción no se escucha igual cuando eres padre.
Doctora, si me cambias el chocolate por un café, es un plan perfecto.
Yo me quedo con el chocolate!
De lo de la ósmosis se podría hablar y daría para varios posts, aunque nosostros nos conocimos cantando canciones de Mª Dolores Pradera y nos sigue encantando.
Ahora estamos totalmente osmotizados con las canciones de los niños...
Niño, nosotros tenemos canciones que sólo le gustan a ella, canciones que sólo me gustan a mí, y un difuso conjunto de canciones que ambos toleramos. El problema es que algunas de las canciones que a ella le encantan a mí me horrorizan, y viceversa. Así que lo de hacer un post con el tema me parece una idea estupenda, pero ahora que mi santa ha descubierto el blog (hola, cariño) no sé si me apetece exponerme a un divorcio.
Respecto a lo de los niños, ¡cómo te entiendo!
¿Cómo no va a gustar el bueno de Cat Sttevens, con esa dulzura amarga?
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