Al fin llegó el gran día. Me voy de vacaciones. Se acabó el stress del trabajo, las prisas, los madrugones…
Durante los próximos días, pienso dedicarme a no hacer más que lo imprescindible. Dentro de unas horas me pondré en modo vegetativo e intentaré pasar así las próximas semanas.
Con alguna mínima excepción, claro. Conectaré las neuronas de vez en cuando. Me gustaría leer, que es algo que tengo un poco abandonado, últimamente. Y ver alguna peli de la fabulosa colección de deuvedeses que está reuniendo mi hermano (tengo que acordarme de pasar a saquearle la estantería antes de irme…). Por lo demás, no tengo ningún plan, que es quizá el plan que más atractivo me parece. Y el que más va con mi personalidad, también.
Así que ya se pueden imaginar el panorama de las próximas semanas: dormir, comer, playa, lectura, sesión de cine… A mí me suena bien.
Pero, en fin, como les decía, esto sólo es una breve nota de despedida. A los que van a disfrutar de las vacaciones, mi enhorabuena. A los que simplemente van a estar de vacaciones, que piensen que podría ser peor. Y a los que les toca currar,… no se me ocurre nada que decirles.
A todos, adiós.
Ha sido un placer.
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