miércoles, 16 de junio de 2010

RECAPITULANDO

Después de una temporadita escribiendo chorradas casi a diario, empiezo a estar un poco saturado. Con una sensación espesa en la cabeza, así que quizá sea el momento de pararse un momento y mirar alrededor. De ver lo que he escrito en este tiempo (porque lo he hecho tan rápido que algunas cosas ni siquiera recuerdo haberlas escrito; es una sensación muy extraña), lo que he conseguido con eso, hacia donde me gustaría dirigir los pasos en lo sucesivo.

Una cosa que me ha quedado clara es que me sigue gustando escribir. En plan chapuzas, claro. Es algo que he hecho desde siempre, aunque ultimamente lo tenía un poco abandonado. Antes me salían cosas muy melodramáticas, y ahora tiendo más a lo light. Todo en plan chapuzas, claro. No son más que tonterías de andar por casa. Sin embargo... Mentiría si dijera que no aspiro a más, porque también tengo mis sueños de escribir algo decente, algún día. Todos tenemos algún sueño imposible, supongo. Yo guardo los míos bien ordenaditos en el estante más alto del habitáculo de mi cerebro destinado a las quimeras, criando polvo. Por si algún día suena la flauta. Nunca se sabe.

Pero, bueno, a lo que íbamos, esto de escribir a diario también tiene su punto. Y, de paso, introducirse un poco en el mundillo de los blogs. He conocido algunos interesantes. Como el de Molinos, que me produce sensaciones contradictorias (algunas veces me veo reflejado en lo que cuenta, como si se estuviera dedicando a contar mi vida; otras, me da un poco de miedo, la verdad). Como el de Efe, con su fijación por las gráficas y su manera divertida de enseñar matemáticas, o incluso (pónganse en pie) física. Como el de Gonzalo, que está pasando por una mala racha (de la que saldrá pronto, seguro), pero conserva intacto un sentido del humor envidiable. Como el de Barcelona, que está acabando (tengo que dejar de leer sus post de los lunes) con mis buenos propósitos de lucir tipito este verano gracias a su talento para la fotografía y la repostería, despertando en mí una gula espectacular. Como el de El Chico de la Consuelo, que es el surrealismo elevado a la enésima potencia, el maestro de la metáfora, de las referencias veladas, el que mejor domina la escritura con un solo hemisferio, y que de vez en cuando rescata alguna canción enterrada desde hace años en mis recuerdos, y que todavía me toca la fibra…. Es, en fin, como echar una mirada a la vida con otros ojos. Y eso es muy refrescante.

Para mi sorpresa, hay gente que me lee. Esto empezó (y sigue) siendo un puro ejercicio de vanidad, o de egocentrismo: una conversación conmigo mismo, para autoconvencerme de algunas cosas, o para demostrarme otras. Una manera de pasar el tiempo, en definitiva. Pero hay gente que, no acierto a explicarme muy bien por qué, lee las chorradas que escribo. Supongo que por aburrimiento, o porque no tienen nada mejor que hacer. Descarto el cariño como impulsor, porque algunos lectores provienen de zonas en las que no tengo familia, amigos o conocidos. Por ejemplo, en Barcelona, o en Málaga, o en Canarias, o en Inglaterra. Descartando un razonable margen de error (seguro que muchos llegan aquí buscando otro sitio, y tardan menos en salir de lo que tardaron en entrar) aún quedan algunos que entran en el blog ¡¡voluntariamente!! De cualquier modo, sean cuales sean sus motivos, resulta agradable saber que alguien se interesa por lo que tienes que decir, o por tu manera de decirlo. Así que gracias a todos.

Aunque también tiene su lado negativo. No todo el mundo que me lee está de acuerdo conmigo. De hecho, en esta corta andadura ya me he ganado algún tirón de orejas. Si quieren ejemplos, mi hermano me ha llamado de todo por cometer, según sus propias palabras, “un imperdonable error estratégico”: declarar mi amor en público, y además por escrito. El que haya sido hacia mi mujer no es eximente para él. En su opinión, eso es darle munición a un enemigo que, encima, no la necesita. Pero, bueno, va contra mis principios hacerle caso a un hermano menor, así que paso olímpicamente de lo que me diga. Que lo sepa.

También me he ganado una pequeña bronca de parte del gremio enfermeril, tradicional fuente de fantasías masculinas, por haber reflejado en un post la desilusión que sufren las expectativas cuando se enfrentan con la triste realidad. A pesar de mis disculpas, la portavoz del colectivo amenaza con hacerme bailar (¡en público!) para expiar el pecado…. Lo que, sinceramente, me parece desproporcionado: según mis exiguas nociones de derecho, creo recordar que un principio de la justicia es que el castigo debe ser proporcional a la culpa. Y, pueden creerme, si hubiera sabido que esto me hubiera costado salir a bailar, habría sido mucho más …. explícito. Total, por el mismo precio…

Intrigante es el caso de un lector anónimo que, aún estando de acuerdo conmigo en la mayoría de los temas, consigue empequeñecerme con su capacidad para explotar cualquier tema que yo propongo mucho más a fondo de lo que yo mismo podría. Una manera muy sutil de hacer daño… Siempre me ha dado miedo esa clase de gente: cultos, refinados, crueles,….

La última ha venido de una amable lectora que no comparte mi particular visión taxonómica del eterno conflicto entre hombres y mujeres, y no está de acuerdo en que yo considere los dos sexos como especies distintas. Bueno, quizá la ciencia le da la razón a ella, pero el sentido común está de mi parte. Resistiré.

En resumen: me está gustando la experiencia.

Y es que es tan divertido monologar con público…y es una experiencia tan novedosa poder hablar (o escribir) sin que nadie me haga callar inmediatamente…

2 comentarios:

el chico de la consuelo dijo...

Glup, glup...
aterrizo por aquí por una carambola de los juguetes de gugel y me encuentro a mi mismo en calzoncillos en este post.
Te has debido esconder en la zona de eclipse de mi único hemisferio porque no te tenía fichado.
En cualquier caso muchas gracias por leerme, me voy a comer un bocadillo de jamón que tengo en la cocina con el ego por las nubes.
Hasta me voy a abrir una cervecita para celebrrarlo...mmmm una volldamm, hala vamos a tirar la casa por la ventana.
Abrazos y en cuanto tenga un ratico me pateo tu blog.-

Gonzalo Viveiró Ruiz dijo...

Vale todo lo que has dicho. Pero nada de cansarte, sigue escribiendo.
Y ya escribes algo bueno...